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viernes, 3 de mayo de 2013

Financiación, pymes y reafianzamiento

Según el informe 'Las restricciones financieras de las pymes españolas: la importancia del crédito bancario', elaborado para Funcas por Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, desde mediados de 2009 hasta final de 2012 el crédito bancario al sector privado ha caído en España un 9,2%, con una reducción en torno a 172.000 millones, equivalente al 17% del PIB. Si hablamos únicamente de la financiación a las pymes, autónomos y emprendedores, observamos que la caída es todavía mayor.

Sin duda alguna, la falta de financiación está haciendo mella en la situación de la economía y, por esa razón, el Gobierno anunció en el pasado debate sobre el estado de la nación diferentes medidas para que el crédito fluya a las pymes. Entre otras, se destinarán casi 45.000 millones de euros para mejorar la situación de las pymes, a través de diferentes medidas, entre las que destaca la ampliación de las líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que aportará 22.000 millones de euros en 2013. Además, las entidades bancarias saneadas harán una dotación de 10.000 millones y, por último, se mejorará el sistema de garantía de avales a través de Cersa y de Cesce por 1.700 millones.


Dentro de todas estas medidas hubo una que, a nuestro entender, cobra especial relevancia en estos momentos y que, sin duda, puede tener unos efectos muy positivos a la hora de mejorar el acceso a la financiación. Efectivamente, el nuevo contrato de reafianzamiento entre Cersa, Compañía Española de Reafianzamiento dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, y las sociedades de garantía recíproca (SGR) va a permitir mejorar la capacidad de estas entidades a la hora de avalar operaciones de las pymes. De manera resumida, este nuevo contrato, presentado recientemente por el propio Ministro de Industria, Energía y Turismo, eleva los compromisos asumidos por Cersa de reavalar las operaciones de las SGR, pasando del 50% en 2012 a más del 60% en 2013; incrementa el tamaño máximo de las operaciones reavaladas por Cersa hasta 1 millón de euros y eleva el porcentaje de cobertura de las operaciones relacionadas con exportación al 75%, porcentaje del que también se benefician las operaciones para emprendedores desde 2003.

No hay que olvidar la importancia que actualmente tiene el sistema de garantía en España, con un riesgo vivo (avales en vigor) de 6.000 millones de euros para aproximadamente 50.000 pymes, lo que contribuye a crear y/o mantener más de 850.000 puestos de trabajo en nuestro país. En otros países de nuestro entorno, el incremento de la actividad de las sociedades de garantía está siendo determinante para paliar la carencia del crédito a la pyme, alcanzando actualmente a más de tres millones de pymes con un importe de avales en vigor de 80.000 millones, habiendo alcanzado en países del sur de Europa, como Francia, Italia o Portugal, tasas de penetración en relación al tamaño de la economía superiores a las que presenta actualmente España.

"El papel que pueden jugar las sociedades de garantía recíproca es y debe ser mucho mayor que el actual"

Por esa razón, estamos convencidos de que el papel que pueden jugar las sociedades de garantía recíproca en el actual panorama financiero es y debe ser mucho mayor que el actual. El acceso a la financiación que permiten estas entidades a aquellos proyectos empresariales viables es fundamental pero, además, las condiciones financieras son mejores tanto en coste como en plazo. Esa es una de las razones por las que las pymes se dirigen cada vez más a las SGR como primera opción para su financiación.

Por otra parte, las propias entidades de crédito tienen en las SGR un aliado fundamental en estos momentos, ya que el aval de una SGR es líquido a primer requerimiento, de manera que las entidades financieras no tienen que realizar provisiones genéricas ni específicas ante eventuales insolvencias o retrasos en la devolución de la financiación por parte de la pyme en las operaciones que cuentan con aval de una SGR. Además, las SGR mejoran sustancialmente el coeficiente de solvencia de las entidades de crédito debido al menor consumo de recursos propios al contar con su aval.

Por otro lado, es necesario implementar nuevas fórmulas de financiación de fuentes no bancarias para las pymes en las que las SGR, por su propio objeto social, pueden ser un catalizador claro de que estas fórmulas tengan un papel mucho más preponderante. Para ello es necesario buscar una mayor coordinación y optimización, entre otros con el ICO y el Banco Europeo de Inversiones, cuyas líneas de fondeo tienen una gran complementariedad con el aval de las SGR.

Nos queda mucho camino por recorrer pero contamos con los recursos, la experiencia y la solvencia necesaria para contribuir a mejorar el acceso a la financiación de las pymes. La economía española, en definitiva, será la primera beneficiada.
 
Fuente: Cinco Días.
 

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