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jueves, 20 de diciembre de 2012

Eduque a sus hijos para que sean emprendedores

Si ha decidido que su hijo sea emprendedor en vez de futbolista no crea que se ha librado de madrugones y partidos. Le queda una rutina de preparación por delante.

Están los trabajos de verano, muy apropiados para que el niño sepa de primera mano que el dinero no crece en los árboles. También están los típicos puestos de limonada, de galletas, bizcochitos o cualquier otro producto casero que se vende en la acera, cerca de casa, a la vista de mamá. Se trata de un negocio idealizado por las películas de Hollywood, pero ningún menor se ha hecho rico con esta actividad comercial.

Éstos y otros métodos de fomentar el gusto por la creación de empresas sólo darán un barniz emprendedor a sus hijos, pero en todo caso participan de la filosofía que asegura que el emprendimiento se enseña desde la escuela. Y si se consigue repasar cada día en familia, mucho mejor. Aquí van algunos consejos por si usted quiere empezar como mentor de creación de empresas con sus hijos.

Y no deje que nadie le acuse de exagerado o friki. Mezclado con cariño, una dieta sana, deporte y amigos, esta es una forma como otra cualquiera de asegurar el futuro de sus vástagos sin que se conviertan en bichos raros:

- Quizá pueda parecerle sorprendente y antipedagógico, pero algunos expertos aconsejan que cultive en sus hijos una especie de virtud de la desobediencia. La mentalidad start up que caracteriza a los creadores de nuevas empresas valora la disrupción, la ruptura. No está de más que mantenga en sus niños el gusto por lo desconocido, por hacer las cosas de manera diferente. Éstos son los ingredientes principales para la creatividad. Enséñeles por tanto maneras constructivas de desafiar el statu quo. Muéstreles cómo desafiar las normas de forma constructiva. Las visiones estereotipadas bloquean al visionario. Imagine para sus hijos aproximaciones contradictorias, y acostúmbreles a trabajar con conceptos opuestos.

- Desarrolle modelos de resolución de problemas que preparen a sus niños para encontrar ideas de negocio en la vida cotidiana. Fomente las soluciones tipo “tormenta de ideas”. Ayúdeles a identificar los problemas y a pensar en las posibles soluciones.

- En relación con esto, permita que sus hijos tomen decisiones. Las pequeñas decisiones de hoy les ayudarán a tomar las decisivas y grandes de mañana.

- Enséñeles a “aprender haciendo” y a construir nuevas oportunidades. Les servirá para darse cuenta, en su momento, de que con demasiada frecuencia las grandes corporaciones están atadas por políticas, procesos y planes. En vez de eso, la start up busca constantemente victorias y resultados rápidos.

- Su influencia como padre alejará en sus hijos el miedo al fracaso. Inculque en ellos la necesidad de intentar cualquier clase de proyecto, de que no teman fallar, de que aprendan de sus errores y, por supuesto, de que lo vuelvan a intentar. En el futuro, su hijos emprendedores le deberán el haber adquirido la herramienta esencial de cualquier creador de empresa. Tenga en cuenta que el trabajo de sus hijos cuando sean emprendedores será asumir riesgos, a pesar de que no tengan demasiadas garantías ni una promesa segura de cuánto dinero van a ganar. Cree una cultura que recompense la innovación y la experimentación, en la que el fracaso sea visto como una experiencia de aprendizaje.

- Haga que sus hijos lean. Proporcióneles toda la información posible acerca de los sectores, industrias, tendencias, negocios, productos o consejos que tienen que ver con su pasión. El emprendedor debe ser un experto en aquello que ama. Usted puede ayudar a sus niños a lograrlo.

- Preocúpese de que en la red de relaciones de sus hijos haya personas que puedan ayudarles en sus propósitos profesionales, que sean capaces de aconsejarles y clarificar sus objetivos. Motíveles para que exploren la opción de contactar con profesores que puedan actuar como mentores. Haga todo lo posible por rodear a sus vástagos de verdadera diversidad intelectual. Si quiere que sean más creativos necesita ampliar su círculo social, e incluir en él a gente que sea diferente a ellos. Esa red más extensa de contactos les abre a nuevas formas de pensar.

- No es necesario que les diga que los Reyes son los padres antes de los cinco años.

Fuente: Página web Expansión.

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