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lunes, 19 de agosto de 2013

'Millennials', los nuevos empleados que revolucionan el mercado laboral

Las personas que nacieron entre 1980 y el 2000 integran la llamada generación Millenium, lo que ha obligado a las empresas a adaptarse a las necesidades laborales de estos individuos que usan la tecnología compulsivamente.

En Estados Unidos y Europa los ejecutivos saben que los jóvenes usan la tecnología de forma distinta pero no tienen una estrategia clara para que ese tipo de profesionales se enganchen a la empresa, según un estudio de Xerox, elaborado por la firma de investigación de mercados Forrester Consulting y recogido por CNNExpansión.

No sirve, únicamente, con dar un teléfono móvil a estos empleados; los 'millennials' lo que quieren es capacitarse en línea, trabajar con videoconferencias y accesos remotos o tener un blog para actualizarse, según afirma la psicóloga industrial Patricia Noriega Martínez.

Tan solo 4 de cada 10 ejecutivos tiene estrategias para colaborar en línea con sus proveedores. Más de la mitad de los entrevistados dijo carecer de planes para manejar información en blogs o comunidades. La vida virtual en las empresas es menor a lo que supondría el reto de ganar la atención de los 'millennials'.

Los mercados de Latinoamérica no fueron evaluados en el sondeo, pero en opinión de Noriega, las empresas se enfrentan a ciertos retos con el talento joven. Los 'millennials' son adeptos de la flexibilidad porque es una generación que ha crecido con la idea de que unos resultados se pueden entregar a cualquier hora y a través de un ordenador. También son personas que necesitan dedicarse tiempo a sí mismas y que incluso están dispuestas a renunicar a un sueldo y promociones por conseguirlo.

Los 'millennials' no piensan que su vida se limita a trabajar y escalar peldaños. En 1992, el 80% de las personas menores de 23 años pretendía tener un trabajo con mayor responsabilidad. Diez años después esa cifra cambió al 60%, de acuerdo con cifras del investigador de la Universidad de San Diego, Jean Twenge, también autor del libro ?Generation Me and The Narcissim Epidemic'.

Estos trabajadores, por otra parte, aprecian trabajar en un lugar donde existan recompensas por su contribución y que garanticen una experiencia internacional, entre otras cosas. 
En México, algunas
empresas muestran su esfuerzo por convertirse en un imán de estos profesionales.

Por ejemplo, la consultora KPMG realizó en 2012 alrededor del 20% de las contrataciones a través de su interacción en Facebook, Twitter y Linkedin, según datos de la empresa. En Facebook, su comunidad supera los 1,600 usuarios, mientras que en Twitter tienen más de 900 seguidores, según informa CNNExpansión.

Fuente: Economista América.

 

4 comentarios:

  1. No sé, si mi país, Nicaragua, es ejemplar o fuera de serie. El artículo me reavive experiencias con esta generación. Soy de Alemania y de la escuela vieja. Sin embargo no niego, en absoluto, el avance y la ventaja de la nueva tecnología. Soy constructor metal-mecánico. En esta profesión hay que saber uno, lo que está haciendo. Observo, que la nueva tecnología, tanto que se puede hacer con ella cosas maravillosas, con las cuales nosotros ni soñamos, tiene otra tendencia negativa y fatal: La degeneración de valores. Si antes ya existía una brecha entre la práctica y la teoría, más aquí en la zona de influencia norteamericana, ahora se ha literalmente potenciado. Casi ya no veo a un ingeniero de campo haciendo un cálculo o un bosquejo correcto – si acaso lo hace. Escucho de funcionarios ingenieros a alto nivel con posgrado europeo en estructura, p.e., que un plano no sirve, si no tiene colores. (Las normas no van por colores) Este seguramente es capaz de hacer un dibujo lindo en 3D, aunque en la mecánica la norma prescribe 2D en casi todos los casos. Pero no he visto casi ninguno, quien hizo un diseño constructivo de manera correcta, la mayoría les cuesta elaborar un concepto constructivo, corren todos al “estructuralista”. Lo que prevalece aquí, no solo es la teoría sobre la práctica, sino ahora, la forma de la teoría sobre ella misma y ni hablar de la práctica. En el campo andan inermes e impotentes. La capacidad de improvisar es cero. No solo me enorgullezco de poder hacer lo mismo con mis manos lo que diseño, calculo y mando hacer y saber explicar al trabajador, cuando tenga problemas. Me es también simplemente y tremendamente útil Agradezco hoy a aquellos, a los cuales maldije, cuando me exigían el esfuerzo de pasar por los niveles desde abajo hacia arriba y lastimándome las manos y el cerebro. Cuando paso por la ciudad me gusta observar estructuras y me llama la atención, que 60 años atrás los ingenieros aparentemente diseñaban como se debe. En las obras más recientes lo observo como casos aislados. Mis “abuelos” profesionales y vocacionales, por ejemplo, sabían hacer una broca a mano, un arte de lo cual solo tengo ideas teóricas. Me gustaría poder hacerlo. Se me reportó de mi primera patria Alemania, que mandaron a muchos trabajadores calificados a casa, por la automatización de la industria. A partir del 2000 – así me dijeron – volvieron a buscar desesperadamente a las viejas fuerzas capacitadas y incluso en niveles industriales históricos como a los herreros de arte. ¿Por qué? De nada sirve la computación si uno no sabe hacer, lo que está programando o ejecutando. Uno mismo tiene que haber “sido maquina” ante de atender a una. Ya cuando no existía nada de estos logros nuevos tecnológicos, me prohibieron tocar a una maquina de herramienta, si no sabía hacer la pieza a mano. Los millenials se han criado con la idea, que, si no es fácil, no sirve. No contemplan alternativas.
    La lógica en la computadora ya no exige causalidad. Incluso esta es la idea del asunto. Esto me cuesta a mí. Pero uno se adapta. Aparte de la pérdida de calidad y creatividad, crece el peligro en el momento, en que las cosas no estén, cuando no haya computadora o si falla la luz – y en momentos de catástrofes, etc.. Me llama la atención, que antes, cuando no hubo celular, internet, etc. la gente era puntual. Simplemente se comunicaba mejor. O mejor decir: Organizaban mejor su coordinación y comunicación. Hoy es un desastre.
    ¿Qué hacer entonces? ¿Renunciar al avance tecnológico? ¡De ninguna manera! Pero es hora, que se ponga mente en que hacer, para que no perdamos el contacto con la base de nuestra evolución industrial y profesional. La capacitación de cada profesional mejor principie en condiciones de neolítico – para exagerar un poco. Tanto más sabrá aplicar el nivel moderno con aprecio y utilidad.
    Ulrich Schliz
    (Gerente Propietario de TIMM+CON)


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  2. Gracias Ulrich por tu aporte. Interesante punto de vista. En otros casos la Tecnología no está enseñando otra forma de hacer las cosas y en muchas ocasiones...nos olvidamos lo importante... !

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  3. Lo que sostiene Ulrich es ciertamente valido por donde se le mire.
    No niego que la tecnología es importante y va creciendo a grandes pasos en la actualidad.
    Pero no hay que olvidar que solamente es una HERRAMIENTA de trabajo que es completamente inutil si no se sabe lo que se está haciendo,aparte de que puede restar creatividad y capacidad de respuesta para la solución de problemas que muchas veces requieren respustas inmediatas y mucho criterio, y eso se obtiene en gran parte de la experiencia profesional.

    Por mis vivencias profesionales en el pasado, he notado que ejecutivos o jóvenes gerentes que corresponden a la generación mencionada han cometido grandes errores de criterio antes de cerrar negocios importantes para la corporación (por dar un ejemplo),quizás por haber moldeado sus criterios en base a lo que dictan hoy las tecnologías que manejan....pero nuevamente : Dónde queda su creatividad?? , a diferencia de las generaciones anteriores en donde también se ubica el que suscribe, que a mi criterio se destacan mas en este punto.
    Creo que los empleadores deberían de tener mucho cuidado de evitar seleccionar profesionales con perfiles demasiado sesgados a uno u otro extremo generacional, creo que un punto medio sería lo mejor.

    Marco A. Peschiera
    Ing. Industrial, MBA

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  4. Muchas gracias Marco por tu aporte! Es cierto, nos estamos olvidando de otros hábitos que son más importantes, como la creatividad, la originalidad..

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