¿Cómo está afectando la crisis económica a los emprendedores de los distintos países? Hiscox ha publicado un estudio sobre el ADN de empresarios de todo el mundo, y al parecer, los españoles somos los menos optimistas.
Hiscox ha publicado la cuarta edición de su estudio anual sobre el ADN de los empresarios de pequeñas y medianas empresas en Europa y Estados Unidos. El estudio se ha llevado a cabo con 3.000 propietarios o socios de pymes de Reino Unido, Estados Unidos, Holanda, Alemania, Francia y España; y se han analizado sus actitudes, valores y ambiciones.
Es admirable cómo a pesar de las presiones financieras y la crisis económica, la mayoría aún mantiene la esperanza en que pronto vendrá un futuro más bondadoso. El título del estudio sintetiza perfectamente el espíritu y la actitud de los emprendedores: "Perdiendo el sueño, pero sin perder la esperanza". En conjunto, el 48% se muestra optimista para el año que viene, frente al 27% de pesimistas.
Algunos datos destacados, recogidos en la infografía:
- En EEUU el número de mujeres emprendedoras encuestadas fue mayor que el de hombres;
- Los holandeses están conformes con las ayudas de su sistema tributario;
- Francia califica muy positivamente a los empleados recién licenciados que son contratados;
- Y los alemanes son los que más sueñan con poder ser algún día sus propios jefes.
Pero al parecer, los emprendedores españoles son los más infelices. Somos, al igual que Holanda, el país en el que trabajar en un negocio propio genera una menor felicidad (el 54% sufre estrés), somos mucho menos optimistas hacia el futuro (sólo un 28% lo es), y tenemos un fuerte miedo a la quiebra personal (un 53%).
Y a eso hay que añadirle que nuestro país es el más crítico con el Gobierno y el sistema tributario (un 80% de los encuestados están totalmente disconformes) en cuanto a sus ayudas a los emprendedores. A pesar de ello, España tiene el perfil más joven de los emprendedores encuestados. No está todo perdido, y como ya se sabe, después de la tormenta llega la calma. Solo nos queda esperar a que pase la (larga) tormenta.
Fuente: Página web Baquia.
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