Con la entrada de 2013, los pequeños empresarios españoles dicen adiós a un nefasto 2012, pero con la mirada puesta en un nuevo año que parece tener poco de bueno y mucho de intrigante.
En esta ocasión, nos hemos propuesto exponer nuestra lista de deseos para que a nuestros emprendedores les vaya (algo) mejor este año. Son los siguientes:
1.- Que los políticos hablen menos. Ya que no parece que vayan a ayudar mucho, al menos no estaría mal que los políticos dejasen de hablar de emprendimiento a todas horas. El desgaste lingüístico del término puede ser aún mayor si se empeñan en poner como ejemplo a empresarios que poco tienen de emprendedores.
2.- Que se deje de adelantar el IVA. Que los autónomos y pymes de este país tengan que liquidar el IVA de facturas que aún no han cobrado (y no saben si van a cobrar) es absurdo e ilógico, y España es casi una excepción. No parece que vaya a ocurrir, pero sería deseable que el Gobierno se decidiese a eliminar esta tremenda traba.
3.- Cuotas (aún más) reducidas para jóvenes. La mayoría de Comunidades Autónomas ofrecen a los autónomos menores de 30-35 años pagar unas cuotas reducidas (en torno a los 175 euros). Sin embargo, para muchos ese desembolso sigue siendo un lujo que no se pueden permitir, sobre todo si empiezan facturando poco. ¿Qué tal una cuota de 50 euros al mes durante los primeros seis meses? Con unas condiciones así, serían muy pocos los que no se atreviesen a intentarlo durante un tiempo. ¿Y si descubren que así pueden ganarse la vida?
4.- Cuotas reducidas para mayores de 40 años. Siempre hablamos de los problemas de los jóvenes para encontrar empleo, pero, ¿qué pasa con los mayores de 40 años que van al paro? Esas personas tienen poco menos que imposible reincorporarse al mercado laboral a menos que emprendan, y, si tienen una familia y una hipoteca, no pueden arriesgar demasiado dinero. ¿Qué tal si les damos a ellos otra cuota reducida durante seis meses?
5.- Que las Administraciones paguen sus deudas. Las Administraciones Públicas españolas pagan en un plazo medio de 163 días, muy por encima de los 45 que exigía la Ley de Morosidad para 2012. Estas son, en muchas ocasiones, las mismas Administraciones que multan a las pymes si se retrasan un solo día en el pago de sus impuestos.
6.- Ayudas a la contratación. Muchos empresarios, sobre todo los que están empezando, no quieren que sea más fácil despedir, sino contratar. Una rebaja en las cotizaciones sociales el primer año de contrato quizá no llenaría tanto las arcas del Estado, pero, sin duda, incentivaría la contratación.
7.- Que vuelva a fluir el crédito. Son muy pocas las personas que pueden comenzar una aventura empresarial con recursos propios, y el ICO a veces no es suficiente. Que los bancos vuelvan a dar préstamos es fundamental para que las empresas puedan nacer y/o crecer.
8.- Que termine la lucha 'Empresarios Vs. trabajadores'. Las luchas de clases son poco menos que medievales: ni todos los empresarios son unos explotadores, ni todos los trabajadores son unos vagos deseosos de cogerse la baja. Los primeros deben comprender el inmenso valor y riqueza que les aportan sus empleados, mientras que los segundos deben valorar la contribución de sus jefes a aumentar el tejido productivo.
9.- Que ciertos empresarios dejen de dar mala fama a los demás. Relacionada con la anterior: aunque muchos empresarios se esfuercen por ser buenos jefes, de nada sirve si sigue habiendo representantes de empresarios con prácticas vergonzosas. Quizás la generalizada mala fama de los empresarios sea injusta, pero algunos se la han ganado a pulso y hacen que acaben pagando justos por pecadores.
10.- Cambio de actitud. Si siempre has pensado que eso de emprender es de adinerados con ansias de mando, cambia el chip. Un emprendedor podrá ser mejor o peor empresario, pero, ante todo, es una persona creativa e innovadora que ha decidido tomar las riendas de su carrera y ser dueño de cada segundo de su vida. ¿No te seduce?
En esta ocasión, nos hemos propuesto exponer nuestra lista de deseos para que a nuestros emprendedores les vaya (algo) mejor este año. Son los siguientes:
1.- Que los políticos hablen menos. Ya que no parece que vayan a ayudar mucho, al menos no estaría mal que los políticos dejasen de hablar de emprendimiento a todas horas. El desgaste lingüístico del término puede ser aún mayor si se empeñan en poner como ejemplo a empresarios que poco tienen de emprendedores.
2.- Que se deje de adelantar el IVA. Que los autónomos y pymes de este país tengan que liquidar el IVA de facturas que aún no han cobrado (y no saben si van a cobrar) es absurdo e ilógico, y España es casi una excepción. No parece que vaya a ocurrir, pero sería deseable que el Gobierno se decidiese a eliminar esta tremenda traba.
3.- Cuotas (aún más) reducidas para jóvenes. La mayoría de Comunidades Autónomas ofrecen a los autónomos menores de 30-35 años pagar unas cuotas reducidas (en torno a los 175 euros). Sin embargo, para muchos ese desembolso sigue siendo un lujo que no se pueden permitir, sobre todo si empiezan facturando poco. ¿Qué tal una cuota de 50 euros al mes durante los primeros seis meses? Con unas condiciones así, serían muy pocos los que no se atreviesen a intentarlo durante un tiempo. ¿Y si descubren que así pueden ganarse la vida?
4.- Cuotas reducidas para mayores de 40 años. Siempre hablamos de los problemas de los jóvenes para encontrar empleo, pero, ¿qué pasa con los mayores de 40 años que van al paro? Esas personas tienen poco menos que imposible reincorporarse al mercado laboral a menos que emprendan, y, si tienen una familia y una hipoteca, no pueden arriesgar demasiado dinero. ¿Qué tal si les damos a ellos otra cuota reducida durante seis meses?
5.- Que las Administraciones paguen sus deudas. Las Administraciones Públicas españolas pagan en un plazo medio de 163 días, muy por encima de los 45 que exigía la Ley de Morosidad para 2012. Estas son, en muchas ocasiones, las mismas Administraciones que multan a las pymes si se retrasan un solo día en el pago de sus impuestos.
6.- Ayudas a la contratación. Muchos empresarios, sobre todo los que están empezando, no quieren que sea más fácil despedir, sino contratar. Una rebaja en las cotizaciones sociales el primer año de contrato quizá no llenaría tanto las arcas del Estado, pero, sin duda, incentivaría la contratación.
7.- Que vuelva a fluir el crédito. Son muy pocas las personas que pueden comenzar una aventura empresarial con recursos propios, y el ICO a veces no es suficiente. Que los bancos vuelvan a dar préstamos es fundamental para que las empresas puedan nacer y/o crecer.
8.- Que termine la lucha 'Empresarios Vs. trabajadores'. Las luchas de clases son poco menos que medievales: ni todos los empresarios son unos explotadores, ni todos los trabajadores son unos vagos deseosos de cogerse la baja. Los primeros deben comprender el inmenso valor y riqueza que les aportan sus empleados, mientras que los segundos deben valorar la contribución de sus jefes a aumentar el tejido productivo.
9.- Que ciertos empresarios dejen de dar mala fama a los demás. Relacionada con la anterior: aunque muchos empresarios se esfuercen por ser buenos jefes, de nada sirve si sigue habiendo representantes de empresarios con prácticas vergonzosas. Quizás la generalizada mala fama de los empresarios sea injusta, pero algunos se la han ganado a pulso y hacen que acaben pagando justos por pecadores.
10.- Cambio de actitud. Si siempre has pensado que eso de emprender es de adinerados con ansias de mando, cambia el chip. Un emprendedor podrá ser mejor o peor empresario, pero, ante todo, es una persona creativa e innovadora que ha decidido tomar las riendas de su carrera y ser dueño de cada segundo de su vida. ¿No te seduce?
Fuente: Página web El Confidencial.
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