Para algunos resulta más fácil encontrar un presidente de Estados Unidos que hallar el talento para ser emprendedor. El camino del creador de empresas es duro y hay fallos que debes evitar en tu proyecto.
Eres emprendedor y tienes una visión especial que te ha llevado a detectar problemas que otros no adivinan y a plantear soluciones que casi nadie ha sabido aportar. Tienes una idea original y eres experto en un sector que te apasiona. Son bases sólidas pero no suficientes para tu aventura empresarial. Sólo con la idea no vas a ninguna parte si no eres capaz de ejecutarla. Y para ello tendrás que tomar decisiones complicadas y correr ciertos riesgos. Aquí tienes algunos consejos que pueden evitarte más de un disgusto:
1.Ni se te ocurra empezar si no tienes un plan de negocio bien estructurado. La sola pasión no convierte a nadie en magnate. Debes preocuparte de rentabilizarla y conviene tener un plan que detalle cada aspecto de todo lo que pretendemos conseguir. Calcula los objetivos a uno, dos y cinco años vista, estimando los costes y la forma de financiar tu nuevo negocio. Busca consejo y fórmate acerca de determinadas cuestiones que implica la creación de la nueva empresa (impuestos o aspectos legales y fiscales).
2.No penalices el fracaso. La cultura de la experimentación está en la base de la creatividad y la innovación. Ten en cuenta que el error será un paso adelante si estás seguro de que cada intento sigue un plan bien concebido. Crea una cultura que recompense la novedad, en la que el error sea visto como una experiencia de aprendizaje.
3.No escojas un mercado demasiado pequeño que te impida crecer. Hay que tener en cuenta que el proyecto en el que se fija el inversor ha de implicar un gran potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez.
4.Si no tienes competidores pronto sonarán las alarmas. Eso significa que no hay mercado y por tanto no hay negocio. Evita convertirte en un gigante dormido.
5.Si te involucras en un negocio que no te gusta y del que no sabes nada, tarde o temprano serás incapaz de gestionarlo o impulsarlo. Tienes que ser muy bueno en el terreno en el que te metes. No cometas el error de empezar un proyecto o crear una empresa sólo para descubrir que eso no te gusta o que no eres apto para lo más básico.
6.No te equivoques en la elección del sector. Se trata de una decisión meditada, que nunca debe ser aleatoria. Las ganas y la motivación son muy importantes pero un estudio completo del mercado resulta imprescindible
7.No hagas predicciones de ventas demasiado optimistas o alejadas de la realidad. Ajusta tus proyecciones basándote en los consejos expertos y en las normas del campo en el que trabajas.
8.No pierdas la objetividad. Resulta positivo que como emprendededor tiendas a enamorarte de tu proyecto, pero debes tener los pies en la tierra. Busca el consejo y las recomendaciones de quien te pueda ayudar a ver la realidad tal y como es. Debes ser muy consciente de tus fortalezas y limitaciones para tener capacidad de reacción.
9.No basta con el boca a oreja para hacer visible tu marca o tu producto. Necesitas una estrategia de márketing innovadora y eficaz. Analiza el entorno. Indaga sobre tu mercado, los clientes y la competencia.
10.Sin un grupo bien ensamblado de colaboradores o socios de poco servirá tu idea, las ayudas o el capital. Los inversores mirarán con lupa si eres un verdadero líder. Debes formar un grupo con talentos múltiples. Conoce tus limitaciones y apóyate en tu gente. Busca profesionales que demuestren creatividad en la manera de obtener sus resultados y que sean muy adaptables a las nuevas situaciones. Es necesario hacer cosas nuevas, inventar productos o servicios, diversificar, aprender de otros sectores, buscar canales diferentes, importar ideas de éxito probado o crearlas, y esto requiere un perfil específico.
Antes presidente de EEUU que emprendedorEmprender no es un camino de rosas. Eso lo sabe bien Bill Murphy, escritor y emprendedor, autor de Breakthrough Entrepreneurship y colaborador del diario The Washington Post, quien ha desarrollado una curiosa teoría que habla de las dificultades para encontrar talento creador de nuevas compañías.
Según esta nueva Ley de Murphy, es más fácil encontrar un presidente para Estados Unidos que un emprendedor capaz de montar un nuevo negocio. Entre otros argumentos, Murphy asegura que “los emprendedores tienen más competencia que los candidatos a la presidencia. El propio Obama tuvo que luchar la primera vez sólo con Hillary Clinton en su propio partido”.
Eres emprendedor y tienes una visión especial que te ha llevado a detectar problemas que otros no adivinan y a plantear soluciones que casi nadie ha sabido aportar. Tienes una idea original y eres experto en un sector que te apasiona. Son bases sólidas pero no suficientes para tu aventura empresarial. Sólo con la idea no vas a ninguna parte si no eres capaz de ejecutarla. Y para ello tendrás que tomar decisiones complicadas y correr ciertos riesgos. Aquí tienes algunos consejos que pueden evitarte más de un disgusto:
1.Ni se te ocurra empezar si no tienes un plan de negocio bien estructurado. La sola pasión no convierte a nadie en magnate. Debes preocuparte de rentabilizarla y conviene tener un plan que detalle cada aspecto de todo lo que pretendemos conseguir. Calcula los objetivos a uno, dos y cinco años vista, estimando los costes y la forma de financiar tu nuevo negocio. Busca consejo y fórmate acerca de determinadas cuestiones que implica la creación de la nueva empresa (impuestos o aspectos legales y fiscales).
2.No penalices el fracaso. La cultura de la experimentación está en la base de la creatividad y la innovación. Ten en cuenta que el error será un paso adelante si estás seguro de que cada intento sigue un plan bien concebido. Crea una cultura que recompense la novedad, en la que el error sea visto como una experiencia de aprendizaje.
3.No escojas un mercado demasiado pequeño que te impida crecer. Hay que tener en cuenta que el proyecto en el que se fija el inversor ha de implicar un gran potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez.
4.Si no tienes competidores pronto sonarán las alarmas. Eso significa que no hay mercado y por tanto no hay negocio. Evita convertirte en un gigante dormido.
5.Si te involucras en un negocio que no te gusta y del que no sabes nada, tarde o temprano serás incapaz de gestionarlo o impulsarlo. Tienes que ser muy bueno en el terreno en el que te metes. No cometas el error de empezar un proyecto o crear una empresa sólo para descubrir que eso no te gusta o que no eres apto para lo más básico.
6.No te equivoques en la elección del sector. Se trata de una decisión meditada, que nunca debe ser aleatoria. Las ganas y la motivación son muy importantes pero un estudio completo del mercado resulta imprescindible
7.No hagas predicciones de ventas demasiado optimistas o alejadas de la realidad. Ajusta tus proyecciones basándote en los consejos expertos y en las normas del campo en el que trabajas.
8.No pierdas la objetividad. Resulta positivo que como emprendededor tiendas a enamorarte de tu proyecto, pero debes tener los pies en la tierra. Busca el consejo y las recomendaciones de quien te pueda ayudar a ver la realidad tal y como es. Debes ser muy consciente de tus fortalezas y limitaciones para tener capacidad de reacción.
9.No basta con el boca a oreja para hacer visible tu marca o tu producto. Necesitas una estrategia de márketing innovadora y eficaz. Analiza el entorno. Indaga sobre tu mercado, los clientes y la competencia.
10.Sin un grupo bien ensamblado de colaboradores o socios de poco servirá tu idea, las ayudas o el capital. Los inversores mirarán con lupa si eres un verdadero líder. Debes formar un grupo con talentos múltiples. Conoce tus limitaciones y apóyate en tu gente. Busca profesionales que demuestren creatividad en la manera de obtener sus resultados y que sean muy adaptables a las nuevas situaciones. Es necesario hacer cosas nuevas, inventar productos o servicios, diversificar, aprender de otros sectores, buscar canales diferentes, importar ideas de éxito probado o crearlas, y esto requiere un perfil específico.
Antes presidente de EEUU que emprendedorEmprender no es un camino de rosas. Eso lo sabe bien Bill Murphy, escritor y emprendedor, autor de Breakthrough Entrepreneurship y colaborador del diario The Washington Post, quien ha desarrollado una curiosa teoría que habla de las dificultades para encontrar talento creador de nuevas compañías.
Según esta nueva Ley de Murphy, es más fácil encontrar un presidente para Estados Unidos que un emprendedor capaz de montar un nuevo negocio. Entre otros argumentos, Murphy asegura que “los emprendedores tienen más competencia que los candidatos a la presidencia. El propio Obama tuvo que luchar la primera vez sólo con Hillary Clinton en su propio partido”.
Para Murphy, “el del emprendedor es siempre un camino solitario. Imagina que al lanzar tu nueva empresa hubiera un grupo de millonarios conectados contigo y dispuestos a invertir decenas de millones de dólares para apoyarte y que puedas seguir en la competición”. Eso al menos es lo que ocurre con los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.
El emprendedor llega a un sector o a un nuevo mercado con una idea o solución original para resolver como nadie antes lo había hecho un problema o necesidad del público. Según Murphy, los candidatos a la presidencia no son ni necesitan ser tan innovadores: “Normalmente no llegan con nuevas ideas sino que reciclan y reempaquetan conceptos ya usados”.
Las campañas electorales, según este emprendedor, “no generan beneficios, y aunque sea un auténtico dispendio, se suelen pedir más y más donaciones para aventuras que ya se han perdido. Es una especie de versión política de la burbuja ‘puntocom’ de la década de 1990”.
El emprendedor llega a un sector o a un nuevo mercado con una idea o solución original para resolver como nadie antes lo había hecho un problema o necesidad del público. Según Murphy, los candidatos a la presidencia no son ni necesitan ser tan innovadores: “Normalmente no llegan con nuevas ideas sino que reciclan y reempaquetan conceptos ya usados”.
Las campañas electorales, según este emprendedor, “no generan beneficios, y aunque sea un auténtico dispendio, se suelen pedir más y más donaciones para aventuras que ya se han perdido. Es una especie de versión política de la burbuja ‘puntocom’ de la década de 1990”.
Fuente: Página web Expansión.
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