Según el último informe de la empresa Tendencias Digitales, especialista en el estudio de las audiencias online, Panamá ocupó en 2012, con un 43%, el séptimo lugar en los países latinoamericanos en penetración de internet en hogares y empresas. A su vez, el dato agregado de Latinoamérica, con un 39%, sitúa a esta región seis puntos porcentuales por encima del promedio mundial.
Si la digitalización masiva de los sectores más activos de la sociedad panameña y latinoamericana es, por tanto, un hecho, ¿cuál debe de ser la respuesta adaptativa del directivo old school y la empresa para la que trabaja?
El término ‘respuesta adaptativa’ que acabamos de emplear no es inocente: nuestra reflexión es que las organizaciones y el directivo panameños que quieran sobrevivir no deben esperar pasivamente los resultados de la digitalización de su ambiente natural de actividad, sino que necesitan comprender las nuevas condiciones en las que tienen que desenvolverse y liderar el cambio a lo digital.
El directivo digitalizado es aquel que conoce las herramientas y medios sociales, las ventajas competitivas que le ofrecen respecto a sus competidores, en la relación con sus clientes y en los procesos internos de su empresa, y está dispuesto a capitanear su implementación.
La resistencia a este cambio supone para el director o gerente de una organización:
• La pérdida del control de su reputación online.
• Renunciar a que su empresa disponga de nuevos canales de promoción y venta de sus productos o servicios.
• Imposibilitar la realización de estudios de mercado en tiempo real y estar en comunicación directa con sus clientes.
• Perder nuevos métodos de facilitar la comunicación entre los directivos y los empleados actuales: intercambio de ideas, documentos, etc.; o futuros colaboradores, optimizando la selección del personal.
El directivo “prehistórico” es el que se aferra a una era analógica ya superada, debe vencer el miedo a aceptar el cambio empezando por tomar el control de su propia presencia en medios sociales. Mostrarse cercano y auténtico, si bien riguroso, en redes sociales profesionales como LinkedIn y redes mixtas, profesionales y de comunicación personal, como Twitter y Facebook, o en un blog, será la mejor forma de labrarse un currículum vítae online de prestigio.
El control de la reputación online es, hoy en día, absolutamente fundamental, y mantenerlo depende tanto de la capacidad de generar por nuestra cuenta contenidos en los medios sociales acerca de nuestro desempeño profesional como de la valoración del mismo que hagan aquellos con los que nos relacionamos. Lo que sucede con el directivo digital es extrapolable a la empresa 2.0 o digitalizada, que es la que dispone de software social para la gestión de sus procesos y comunicaciones.
El cliente, usuario, consumidor de bienes y servicios demanda hoy en día comunicarse con las empresas de las que se provee a través de medios sociales. Es un individuo que compra, no es la empresa la que le vende el bien o servicio que oferta: quiere opinar sobre los productos, la atención al cliente y el futuro de organizaciones con las que no solo le une un vínculo comercial, sino también emocional. Desea compartir sus experiencias con otros usuarios. El boca a oreja ocurre ahora en internet, es online.
La nueva psicología del cliente propiciada por las tecnologías que han permitido la extensión de los medios sociales es el catalizador de la necesaria digitalización del directivo, que debe permear a las prácticas de la empresa.
Desarrollar una identidad digital, que en las primeras posiciones de un buscador de internet figuren entradas de una web personal o corporativa o posts de la propia página oficial de Facebook es clave para preservar la imagen de marca. Muestra al directivo o empresa respirando el mismo aire que colegas, empleados, competidores y clientes; vivos y dinámicos, y no fosilizados como un ser prehistórico.
¿Qué nuevas acciones debe promover un directivo digitalizado en su empresa?
No hay una única receta, depende del sector de actividad, el tamaño de la empresa, las posibilidades de inversión y un largo etcétera. Sin duda, hay que estudiar en cada caso qué herramientas son las más útiles en términos de retorno de la inversión, fidelización de clientes y ventas, y cultura y gestión interna de la compañía.
La empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información Gartner ha publicado recientemente un informe en el que establece que el 58% de las compañías en el mundo cuenta con al menos un servicio vehiculado a través de software social. La diversidad de estrategias, herramientas y medios sociales utilizados por las diferentes empresas es máxima, pero, sin duda, en este momento los más empleados son los que conducen a un mayor conocimiento y fidelización de los clientes, por una parte, y a facilitar la contratación de nuevos empleados, por otra.
En el primer caso, las empresas 2.0 consiguen a través de web, blogs y cuentas en medios sociales no solo promocionar sus servicios y productos, sino que, como se ha indicado más arriba, logran entablar una relación con el cliente que genera un vínculo emocional, el llamado engagement. De esta forma, el cliente ya no es únicamente un mero consumidor: se convierte también en un prescriptor y embajador que contribuye a potenciar la imagen de marca de la empresa. El cliente que se comunica directamente con la empresa a través de los medios sociales es además una pieza clave para analizar el impacto de nuevos productos y servicios.
En cuanto a los procesos de selección de personal, la posibilidad de contactar con los candidatos a través de plataformas sociales supone un importante ahorro de costos y optimiza la búsqueda, permitiendo que los responsables de recursos humanos conozcan en profundidad el perfil de aquellos.
Por otra parte, contar con una intranet donde volcar y poner a disposición de los que puedan utilizarla toda la documentación que genere una empresa. Herramientas de colaboración interna o una red social para empleados en la que compartir el talento de sus colaboradores son algunas de las herramientas en alza de las organizaciones fuertemente digitalizadas.
Si es directivo o gerente asegúrese de que usted mismo y la empresa que dirige se sumen a la revolución en internet que ya se ha producido. Actualícese y súbase a la ola del tsunami digital.
Fuente: Martes Financiero.
Si la digitalización masiva de los sectores más activos de la sociedad panameña y latinoamericana es, por tanto, un hecho, ¿cuál debe de ser la respuesta adaptativa del directivo old school y la empresa para la que trabaja?
El término ‘respuesta adaptativa’ que acabamos de emplear no es inocente: nuestra reflexión es que las organizaciones y el directivo panameños que quieran sobrevivir no deben esperar pasivamente los resultados de la digitalización de su ambiente natural de actividad, sino que necesitan comprender las nuevas condiciones en las que tienen que desenvolverse y liderar el cambio a lo digital.
El directivo digitalizado es aquel que conoce las herramientas y medios sociales, las ventajas competitivas que le ofrecen respecto a sus competidores, en la relación con sus clientes y en los procesos internos de su empresa, y está dispuesto a capitanear su implementación.
La resistencia a este cambio supone para el director o gerente de una organización:
• La pérdida del control de su reputación online.
• Renunciar a que su empresa disponga de nuevos canales de promoción y venta de sus productos o servicios.
• Imposibilitar la realización de estudios de mercado en tiempo real y estar en comunicación directa con sus clientes.
• Perder nuevos métodos de facilitar la comunicación entre los directivos y los empleados actuales: intercambio de ideas, documentos, etc.; o futuros colaboradores, optimizando la selección del personal.
El directivo “prehistórico” es el que se aferra a una era analógica ya superada, debe vencer el miedo a aceptar el cambio empezando por tomar el control de su propia presencia en medios sociales. Mostrarse cercano y auténtico, si bien riguroso, en redes sociales profesionales como LinkedIn y redes mixtas, profesionales y de comunicación personal, como Twitter y Facebook, o en un blog, será la mejor forma de labrarse un currículum vítae online de prestigio.
El control de la reputación online es, hoy en día, absolutamente fundamental, y mantenerlo depende tanto de la capacidad de generar por nuestra cuenta contenidos en los medios sociales acerca de nuestro desempeño profesional como de la valoración del mismo que hagan aquellos con los que nos relacionamos. Lo que sucede con el directivo digital es extrapolable a la empresa 2.0 o digitalizada, que es la que dispone de software social para la gestión de sus procesos y comunicaciones.
El cliente, usuario, consumidor de bienes y servicios demanda hoy en día comunicarse con las empresas de las que se provee a través de medios sociales. Es un individuo que compra, no es la empresa la que le vende el bien o servicio que oferta: quiere opinar sobre los productos, la atención al cliente y el futuro de organizaciones con las que no solo le une un vínculo comercial, sino también emocional. Desea compartir sus experiencias con otros usuarios. El boca a oreja ocurre ahora en internet, es online.
La nueva psicología del cliente propiciada por las tecnologías que han permitido la extensión de los medios sociales es el catalizador de la necesaria digitalización del directivo, que debe permear a las prácticas de la empresa.
Desarrollar una identidad digital, que en las primeras posiciones de un buscador de internet figuren entradas de una web personal o corporativa o posts de la propia página oficial de Facebook es clave para preservar la imagen de marca. Muestra al directivo o empresa respirando el mismo aire que colegas, empleados, competidores y clientes; vivos y dinámicos, y no fosilizados como un ser prehistórico.
¿Qué nuevas acciones debe promover un directivo digitalizado en su empresa?
No hay una única receta, depende del sector de actividad, el tamaño de la empresa, las posibilidades de inversión y un largo etcétera. Sin duda, hay que estudiar en cada caso qué herramientas son las más útiles en términos de retorno de la inversión, fidelización de clientes y ventas, y cultura y gestión interna de la compañía.
La empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información Gartner ha publicado recientemente un informe en el que establece que el 58% de las compañías en el mundo cuenta con al menos un servicio vehiculado a través de software social. La diversidad de estrategias, herramientas y medios sociales utilizados por las diferentes empresas es máxima, pero, sin duda, en este momento los más empleados son los que conducen a un mayor conocimiento y fidelización de los clientes, por una parte, y a facilitar la contratación de nuevos empleados, por otra.
En el primer caso, las empresas 2.0 consiguen a través de web, blogs y cuentas en medios sociales no solo promocionar sus servicios y productos, sino que, como se ha indicado más arriba, logran entablar una relación con el cliente que genera un vínculo emocional, el llamado engagement. De esta forma, el cliente ya no es únicamente un mero consumidor: se convierte también en un prescriptor y embajador que contribuye a potenciar la imagen de marca de la empresa. El cliente que se comunica directamente con la empresa a través de los medios sociales es además una pieza clave para analizar el impacto de nuevos productos y servicios.
En cuanto a los procesos de selección de personal, la posibilidad de contactar con los candidatos a través de plataformas sociales supone un importante ahorro de costos y optimiza la búsqueda, permitiendo que los responsables de recursos humanos conozcan en profundidad el perfil de aquellos.
Por otra parte, contar con una intranet donde volcar y poner a disposición de los que puedan utilizarla toda la documentación que genere una empresa. Herramientas de colaboración interna o una red social para empleados en la que compartir el talento de sus colaboradores son algunas de las herramientas en alza de las organizaciones fuertemente digitalizadas.
Si es directivo o gerente asegúrese de que usted mismo y la empresa que dirige se sumen a la revolución en internet que ya se ha producido. Actualícese y súbase a la ola del tsunami digital.
Fuente: Martes Financiero.
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