Las universidades, fundaciones y empresas incorporaron la dimensión ética a sus programas de formación, estímulo y desarrollo de carrera. Desde el CFA recomiendan capacitar no sólo a los altos ejecutivos, también a los mandos medios.
Nos hemos dado cuenta, con la última crisis financiera, de que los comportamientos no éticos no sólo pueden ser ilegales, sino que provocan un enorme sufrimiento en la sociedad.” La frase es de Michael McMillan, director de Ética y Estándares Profesionales del CFA Institute, una entidad que busca certificar y difundir valores entre los inversores profesionales. “Luchamos para que las empresas sean más sensibles en crear una cultura de ética y en que los mismos managers entiendan, antes de hacer algo mal, que su comportamiento no ético puede afectar seriamente a los demás, por más que no se note”, explica en diálogo con Management.
Nos hemos dado cuenta, con la última crisis financiera, de que los comportamientos no éticos no sólo pueden ser ilegales, sino que provocan un enorme sufrimiento en la sociedad.” La frase es de Michael McMillan, director de Ética y Estándares Profesionales del CFA Institute, una entidad que busca certificar y difundir valores entre los inversores profesionales. “Luchamos para que las empresas sean más sensibles en crear una cultura de ética y en que los mismos managers entiendan, antes de hacer algo mal, que su comportamiento no ético puede afectar seriamente a los demás, por más que no se note”, explica en diálogo con Management.
No está sólo en su campaña: cada vez más universidades argentinas y del exterior, así como empresas y entidades empresarias y no gubernamentales, buscan instalar la ética como parte de la agenda de gestión. “Es hoy un tema central”, resumió Gabriel Aramouni, director Gerente de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés (UdSA) en un evento de El Cronista. Miguel Alzola, profesor de la temática en la Universidad Torcuato di Tella, explicó en una entrevista que ve “un proceso de creciente expansión de programas y contenidos de ética”, que comenzó con el escándalo de la energética Enron, en 2001, pero que se expandió en 2008 por la crisis financiera global. En el IAE Business School, decidieron eliminar la Etica como materia en 2000 y abrieron la Dirección de Formación Humana, con el objetivo de darle un enfoque transversal, no como un complemento. También se expande la enseñanza de ética en la región. La Universidad de Chile, por ejemplo, incorporó un curso de ética “práctico y científico” a todas sus carreras.
McMillan, del CFA, ve con buenos ojos la expansión de las certificaciones del instituto en la región, y exhorta a las empresas a trabajar “sobre los mandos medios y supervisores” porque, según estudios de la fundación, “lo que pasó en 2008 fue que los CEOs sí querían ser éticos, pero el mensaje no llegó abajo”, donde, además, los analistas, al ver el comportamiento de sus jefes, los mandos medios, no tuvieron reparos en copiarlos.
Fuente: Cronista.
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