El programa
de Ciencia y Tecnología FINCyT acaba de otorgar a CHOPIN
un fondo para el proyecto "Desarrollo de una metodología no tradicional
para capacitación de nuevos emprendedores con base neurocientífica, que
aproxime su funcionamiento cerebral al del emprendedor exitoso ante
determinados estímulos y escenarios". Esperamos que esto ilumine la senda
del emprendedor peruano, que bien merece tener más éxito que el alcanzado hasta
hoy.
La TEA (Tasa de Emprendimiento Inicial) en Perú,
medido por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), es de
22.9% en la población en edad para trabajar. Vale decir, hay más de 4 millones
de emprendedores en el país. Y se espera que nuestra economía crezca el 2013
arriba del 6% basado en el consumo doméstico. Como consecuencia, seguramente se
generarán más emprendimientos empresariales.
Los emprendedores constituyen una raza distinta,
admirable y envidiable: muy orientados a los objetivos que se proponen,
tremendamente empujadores, crean recursos donde los demás no vemos nada. Desde
el punto de vista neurológico, son intensivos en el uso del Lóbulo Frontal, lo
más moderno del desarrollo cerebral en la evolución de la raza humana, también
conocido como "Cerebro Ejecutivo". Sus funciones se explican con la metáfora
del director de orquesta: está a cargo de articular las habilidades del resto
de componentes neurológicos, que articula para lograr resultados. Esos son los
emprendedores.
A pesar de
ello, de ser el Perú cuna de emprendimientos, la mortandad empresarial es alta:
2 de cada 3 negocios que nacen anualmente no llegan a celebrar su primer
aniversario. No hay estadísticas de las que sobreviven arriba de los tres años,
pero no sería extremo pensar que la mayor parte hace solo eso, sobrevivir. Vale
decir, somos un país de emprendedores y a la vez reflejamos serias dificultades
en lograr y sostener el éxito.
Son contados
los casos exitosos, que no llegan más que a algunos centenares, bien pudiendo
ser contados por millares. ¿Es posible mejorar la tasa de éxito? ¿Qué nos falta
a los emprendedores peruanos? Son decenas de instituciones académicas y
gremiales que están ofreciendo capacitación a los emprendedores.
Una
hipótesis plausible es que, si bien los emprendedores son gente que no le teme
al trabajo, que son tenaces y creativos, tal vez no llegan a decodificar
señales que vienen del mercado; no son capaces de "leer" la mente de
sus clientes e insisten en su fórmula de trabajar como esclavos sin comprender
los mandatos mercadológicos. Sus habilidades para interpretar las
emociones de los clientes, que suelen usar su dinero en lo que les da la gana,
son limitadas. O tal vez claudican rápidamente en un entorno competitivo feroz
en vez de modificar sus estrategias.
El llamado
cerebro ejecutivo, el lóbulo frontal, no tiene que ver con las emociones. Tal
vez por ello les sea difícil decodificar lo que sienten sus clientes,
decodificar qué los motiva. No procesan los deseos y frustraciones del mercado.
Y no procesan el miedo que despierta un entorno comercial hostil y competitivo.
El Dr.
Michael Kabar es un neuropsiquiatra peruano que, luego de estudiar, ejercer y
enseñar 22 años en Estados Unidos, ha vuelto a Perú. La mitad de su tiempo lo
empleaba en su consultorio al sur de San Francisco, cerca a Silicon Valley, epicentro
de los emprendedores más exitosos del mundo, algunos de ellos sus pacientes. El
resto del tiempo lo pasaba en la Universidad de Berkeley dictando cursos y
seminarios.
Por esas
motivaciones que están más allá de la racionalidad (lóbulo frontal, neocortex),
cedió a sus emociones (sistema límbico) y regresó al Perú recientemente
trayendo consigo una innovadora técnica para combatir las depresiones
refractarias (aquellas que no han cedido al menos a dos tratamientos previos):
la Estimulación Magnética Transcraneana: aplicando ondas magnéticas a la zona
dorsolateral del lóbulo prefrontal, el 80% de las depresiones tratadas remiten.
Alvaro
Pascual-Leone, neuropsiquiatra de la Universidad de Harvard, aplicando
estimulación eléctrica a la zona ventromedial del lóbulo prefrontal ha logrado
incrementar la empatía en pacientes con serias dificultades de ponerse en los
zapatos de los otros: los sociópatas. De ripley.
Las técnicas
de investigación cerebral tienen suficiente madurez para llevar a cabo una
seria investigación sobre qué pasa en el cerebro del emprendedor. ¿Se imaginan
que de acuerdo a ello podamos definir los estímulos que -por fin- activen su
sistema límbico (cerebro emocional) y despierten su sensibilidad respecto a los
mensajes de los clientes?
Podríamos
entonces armar el tan ansiado modelo educativo que lograría muchísimo más que
transmitir "Emociona y ganarás", mensaje recibido por el neocortex y
el lóbulo prefrontal, que lamentablemente no son el mejor camino para
incorporar nuevos hábitos y modos de ver la vida.
Un grupo de
científicos y profesionales peruanos trabajará los 18 meses que vienen, en la
búsqueda de la decodificación del cerebro del emprendedor y de acuerdo a ello,
plantearán qué estímulos se necesitan para que el cerebro del emprendedor
promedio responda como el de los emprendedores exitosos. Esperamos que esto
ilumine la senda del emprendedor peruano, que bien merece tener más éxito que
el alcanzado hasta hoy.
Página web: ESAN.
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