Ahorrar
dinero no sólo se refiere a la acción de guardarlo, también significa evitar un
gasto o consumo mayor. Hay varios pasos básicos para mantener el dinero en el
banco y para controlar nuestra forma de gastarlo. Sigue estos sencillos
consejos que te pueden ayudar a evitarlos.
Conoce tus ingresos reales:
Parece sencillo pero en ellos debes de incluir también los de tu pareja. Debes
de saber con total exactitud cuáles son tus fuentes de ingresos y de lo que
dispones cada mes, de esta forma, sabrás con el total que cuentas para tus
gastos. Si por el contrario vives solo, es importante conocer el potencial de
tu salario y ser consciente del nivel socioeconómico al que perteneces. Nada de
comprar siempre recurriendo a los créditos.
Priorizar:
Establece las prioridades de gasto para ser una persona
eficiente a la hora de soltar dinero. Organiza los gastos comenzando con los imposibles
de eludir, luego los fijos. La comida al contrario de la renta o la escuela,
puede variar en calidad y cantidad según de lo que dispongas. Por último,
coloca todos los gastos prescindibles. Priorizar te permitirá darte cuenta de
dónde malgastas el dinero y cuánto dedicas a cada bien o servicio.
Medita las compras:
Evita las compras impulsivas, son por donde más billetes se suelen ir. Mientras
más medites, mejor uso harás de tu dinero.
Analiza las oportunidades de crédito:
Analiza las oportunidades de crédito:
Es esencial saber manejar una tarjeta de crédito, gasta con orden de acuerdo a
lo que ingresas y de esta forma no debe de haber problema alguno. El crédito
bien empleado puede darte la oportunidad de obtener bienes necesarios de alto
precio que de otra forma sería imposible pagar por ellos. A la hora de pedir un
crédito hazlo de forma racional de acuerdo a tus ingresos y posibilidades de
pago. Si no eres capaz de pagar a tiempo, mejor aléjate de ellos al igual que
de las tarjetas.
Sigue con rigor los gastos impuestos:
Si sigues todas tus metas de gasto no debes de tener problemas a la hora de llegar a fin de mes, y no pienses en eses caprichos que muchas veces sí te mereces. Son estas desatenciones las que al final terminan con tu cuenta en números rojos. Lo importante es la acción de poder controlar tu forma de gastar.
Nunca gastes más de lo que ingresas:
Las sociedades contemporáneas de hoy en día quieren todo lo mejor. No es nada
malo, pero esta actitud puede llevarte a realizar compras muy alejadas de tu
verdadero poder adquisitivo. Debes de ser consciente de que tu sueldo solo te
puede dar un nivel socioeconómico determinado. Analiza tus compras mensuales,
puede que estés invirtiendo en cosas que están por encima de tus posibilidades.
Todos queremos esa casa de ensueño, pero si la hipoteca consume el 80% de tu
salario es que no es para ti.
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