Daniel Kraft es un doctor que dirige la escuela de medicina de la
Singularity University, una organización ubicada en Silicon Valley, Estados
Unidos, que ofrece cursos sobre cómo la tecnología va a interrumpir el statu quo en una variedad de industrias.
Los tricorders fueron una herramienta indispensable en la nave
Enterprise.
Cuando lo entrevisté llevaba un dispositivo que se parecía sospechosamente
a un tricorder, el escáner
característico de la saga de ciencia ficción Star Trek.
"Esta es una maqueta de tricorder médico que te puede escanear para
obtener información. Lo coloco en mi frente y me da el ritmo cardíaco, mi
saturación de oxígeno, temperatura y presión arterial, y puede comunicar esa
información a mi teléfono inteligente", explica.
El doctor Kraft predice que, en el futuro, estos dispositivos estarán
conectados a través de teléfonos con agentes de inteligencia artificial, que a
su vez estarán conectados a supercomputadores como la IBM-Watson. Esto ofrecerá
a las personas un diagnóstico instantáneo y preciso.
"Es posible que diga: 'Daniel, esto no pinta bien, necesitas ir a una
sala de emergencias', o quizás diga que probablemente sólo sea una gripe que
ronda en el vecindario y que tus síntomas son consistentes con ello".
Actualmente no existe un dispositivo así en el mercado, pero en Estados
Unidos hay un premio de US$10 millones para quien diseñe uno que sirva en los
hogares. Unos 300 equipos están compitiendo.
Los dispositivos portátiles, como la FuelBand de Nike o el Jawbone's Up están haciendo que la gente sea más consciente de la salud.
Pulseras
Hoy en día pareciera que hay una aplicación para cada enfermedad. Los
diabéticos pueden monitorear los niveles de azúcar a través de los teléfonos;
existen aplicaciones para hacer un seguimiento de la dieta, del embarazo y de
los ciclos menstruales. Incluso es posible habilitar en los celulares manguitos
para tomar la presión.
Kraft lleva cuatro pulseras que monitorean una serie de cosas, incluyendo
las pulsaciones, sus patrones de sueño y cuántos pasos da al día.
Dice que este tipo de dispositivos lo hacen "el CEO (como se llama al director ejecutivo de una empresa) de su propia
salud". Y considera que los doctores, en vez de pastillas, recetarán cada
vez más herramientas como ésta.
"Es posible que al recetar ejercicio te diga 'aquí tienes una pulsera
y quiero que la lleves y que veas que estás mejorando", señala el médico.
El año pasado, el Departamento de Salud de Reino Unido anunció que estaba
evaluando la posibilidad de que los doctores receten aplicaciones, lo que lleva
a algunos expertos a cuestionar el papel que jugarán en la asistencia sanitaria
del futuro.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos anunció en septiembre que sólo regularía un pequeño número de aplicaciones
que pueden servir de instrumento médico.
¿Cirugía a través del anteojo?
"Este tipo de herramientas puede ser valioso, pero existen cuestiones
de privacidad como la disposición de los pacientes a compartir información con
sus doctores, así como determinar cuán precisos son esos datos", señala
Mary Hamilton, directora de asesorías de los laboratorios Accenture's
Technology.
Recientemente, Accenture y Philips realizaron una demostración de una
prueba de concepto en la cual un cirujano utilizó un anteojo de Google que le
permitía monitorear simultáneamente los signos vitales del paciente y
reaccionar a los acontecimientos de la intervención sin tener que quitarle la
vista.
"Existen anestesiólogos robóticos que
empezarán a funcionar o habrá aplicaciones para tomar fotos de lesiones en la
piel que harán un mejor trabajo que los dermatólogos"
Daniel Kraft, médico de Singularity University
Hamilton explica que este tipo de dispositivos también se puede utilizar
para obtener instantáneamente los datos del paciente cuando el doctor está
haciendo la ronda en el hospital.
Si la tecnología portátil y la información que genera se integran a los
servicios sociales, los médicos de familia sabrán exactamente si los pacientes
están siguiendo las órdenes del doctor.
"Si haces un buen trabajo, es posible que bajen las primas de tu
seguro o que la asistencia pública te dé algún incentivo, como entradas a un
concierto", dice Kraft.
Algunas aseguradoras ya están ofreciendo bajar las primas a aquellos que
prueben llevar un estilo de vida sano.
"Brujería" médica
El año pasado, durante una conferencia de salud, el empresario tecnológico
Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems, hizo la extraordinaria afirmación
de que en el futuro la tecnología remplazará el 80% de lo que hacen los
doctores.
Comparó el actual sistema sanitario con "brujería" y argumentó
que el aprendizaje automático será una herramienta mucho más eficiente, exacta
y barata.
Los ciudadanos científicos ofrecen nuevas formas de resolver problemas de
salud.
Kraft asegura que el cambio ya está sucediendo. "Existen
anestesiólogos robóticos que empezarán a funcionar y habrá aplicaciones para
tomar fotos de lesiones en la piel que harán un mejor trabajo que los
dermatólogos".
Entre tanto, la supercomputadora Watson de IBM estará disponible a partir
de febrero para cualquier hospital o clínica que quiera tener su opinión sobre
temas oncológicos.
Gracias a su habilidad para procesar y analizar grandes cantidades de
datos, puede ser ese segundo par de ojos que los doctores necesitan.
Ciudadano científico
Pero no sólo las máquinas están cambiando la forma en que se practica la
medicina.
Cuando Jack Andraka, un joven de 14 años, descubrió -con una búsqueda de
Google y pidiendo prestado un espacio en un laboratorio cerca de la Universidad
Johns Hopkins- una nueva forma de diagnosticar cáncer de páncreas, se evidenció
que la forma en que se estaban haciendo las cosas podían cambiar.
El profesor Raymond McCauley dirige el primer laboratorio de bio-hack de
Estados unidos, en donde el público está invitado a "jugar con ADN" y
realizar otros experimentos.
"Los asuntos que hace unos años eran grandes proyectos académicos y
del gobierno, ahora son una cuestión que estudiantes de secundaria pueden hacer
en sus sótanos", señala.
Cualquiera sea el futuro de la asistencia sanitaria, hay pocas dudas de que
el sistema tiene una necesidad desesperada de ajustes.
"Son muchos los retos (de la asistencia sanitaria) en cuanto a costos,
envejecimiento de las poblaciones y grandes cantidades de información
fragmentada, pero con estas tecnologías nuevas y exponenciales tenemos la
oportunidad de ayudar a reinventar el cuidado de la salud y la medicina",
señala Kraft.
"Entonces realmente podremos ocuparnos de la salud en vez de lo que
hacemos ahora, que es de la enfermedad".
Fuente: Cinco Días.